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miércoles, 31 de marzo de 2010

miércoles, marzo 31, 2010

miércoles, marzo 31, 2010

MIL
Ayer acabé FIN, la primera novela del escritor David Monteagudo, un brillante ejercicio de intriga y suspense, que empieza con una reunión de amigos para recordad tiempos pasados durante su juventud y que acaba de una manera que ninguno de ellos hubiese sido capaz de imaginar. La novela engancha, es tensa, está bien armada y, para ser un primer ejercicio publicado, posee una enorme calidad. Sin embargo no les quiero hablar de esa novela hoy por lo buena que es sino por un pequeño detalle personal que la hace algo especial.

Y es que, si no me fallan las cuentas, esa novela de Monteagudo se ha convertido en el libro número Mil de los que guardo en casa. Sí, sí, mil libros en un espacio habitable de entorno a los cuarenta metros cuadrados. El principal habitante del escaso y triste hueco en el que resido es el papel. Entre esos libros hay novelas y ensayos, poca poesía y teatro, mucha divulgación científica e historia, volumen grandes y otros enanos, libros de bolsillo, tapa dura, plastificados, solapas rígidas... creo que todo el surtido de encuadernaciones disponibles en el mercado se acumula en mis estanterías, en algún caso ordenadas, en otro empieza a cundir el caos y al mera acumulación. Casi todos ellos están comprados a lo largo de los ocho años que llevo viviendo en Madrid, especialmente desde que vivo sólo desde 2004, ya que comprar y leer se ha convertido en una pasión, un goce y un placer en sí mismo. Dijo una vez Philip Roth, el gran Philip Roth, que la lectura es un placer eminentemente onanista, porque se realiza en solitario, y es el lector el que se provoca así mismo el placer, sólo el conoce lo que pasa por su mente en ese momento y sólo el lo disfruta. Me parece una definición acertada, aunque llevando el símil al extremo, ver las estanterías repletas casi sería equivalente a entrar en una especie de Sex Shop, a sentirse en un paraíso del deseo como se describen algunos lugares míticos del erotismo, y sinceramente mi hogar es lo menos parecido que puede haber a la mansión Play Boy. Pero lo cierto es que gracias a esos libros he pasado momentos maravillosos, divertidos, emocionantes y plenos. Sí, también aburridos y fofos, porque no todos son buenos, o no todos me han gustado, que no es lo mismo. Desde luego son la mayor inversión que he hecho en la casa, tanto en tiempo como en dinero, y quizás la causa de que no haya hecho otras inversiones, puede que más necesarias y prácticas, o al menos comprendidas por el resto de la gente. No se si alcanzar esta marca, que espero alargar lo máximo que pueda mientras mi renta y salud lo permitan, es algo de lo que se puede presumir o estar orgulloso. Mi padre opinaba ya hace años, cuando le dije que tenía unos trescientos, que era un estúpido. Quizás el dijo en alto lo que la mayor parte de la gente piensa cuando entra en hogares distintos, y recordemos que distinto es diferente, no mejor o peor, así que cuando esta Semana Santa le diga a él y a mi madre que he llegado a esta cifra a lo mejor me echan de casa directamente.

Alguno pensará que tanto libro acumulado no es sino una especie de síndrome de Diógenes en versión encuadernada, pero si supieran cuanto papel acumulo a parte de los libros, en periódicos o similares, directamente se ofrecerían a acercarme a alguna clínica psicológica. Según mis estimaciones mi casa no da para albergar otros mil más, se acabará antes el espacio, así que de seguir a este ritmo tendré que buscarme un nuevo hogar en pocos años para mis compañeros de piso. No quiero ni pensar en la mudanza, desde un tercero sin ascensor....
Me cojo el Lunes de Pascua festivo. Feliz Semana Santa y, si no hay sorpresas (de gobierno o de cajas de ahorro puede haberlas) hasta el Martes 6 de Abril.

martes, 30 de marzo de 2010

SEXTO ANIVERSARIO DE LAS TORRES GEMELAS

Este año se cumple el sexto aniversario de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York donde murieron más de 2.700 personas cuando dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas (Twin Towers) del Word Trade Center.
La ceremonia de conmemoración del aniversario de este año tendrá lugar en un parque cerca de la llamada "Zona Cero", el área donde estuvieron ubicadas una vez las Torres Gemelas y no en el mismo sitio, donde actualmente se llevan a cabo obras para reconstruir nuevos rascacielos y un memorial.
Las Torres Gemelas, inauguradas en 1973 fueron diseñadas en 1966 por el arquitecto Minoru Yamasaki, convirtiéndose en uno de los edificios de mayor altura del mundo.
La estructura de ambas torres, de 417m y 415 m de altura, respondía al tipo "tube in tube", con el que se han construido más del 90% de los edificios de altura en las tres últimas décadas.
El proyecto de reconstrucción de la llamada "Zona Cero", ocupará un área de 6,4 Ha y se piensa esté finalizado en el año 2013. Estará compuesto por cuatro torres, un centro cultural y una estación de transporte. La Torre de La Libertad, será el edificio que reemplazará a las Torres Gemelas en el skyline de Nueva York, convirtiéndose en un símbolo a la libertad. Con una altura de 514,6 m será uno de los rascacielos de mayor altura del mundo.
En Madrid se está construyendo un parque empresarial llamado Cuatro Torres Business Area (CTBA) con cuatro rascacielos: Torre Caja Madrid, que se convertirá en el edificio más alto de España, con 250 m; Torre de Cristal; Torre Sacyr Vallehermoso y Torre Espacio. Está previsto que la construcción de estas cuatro torres termine en 2008. Actualmente, el rascacielos más alto de Madrid es la Torre de Cristal. Anteriormente, el área de rascacielos más famoso era AZCA donde está el que fue el edificio más alto de la ciudad desde 1988 hasta 2007, la Torre Picasso, con 157 metros. También están los dos edificios de la Puerta de Europa (torres Kio) especialmente llamativas por el ángulo agudo que forma una de sus fachadas con el suelo.
No es tarea fácil distinguir que aspecto de un edificio hace que sea catalogado como "alto", ya que su altura relativa depende del entorno donde esté enclavado, de la magnitud de los vientos existentes y del grado de sismicidad de la zona. Desde el punto de vista estructural, un edificio se considera alto, cuando los esfuerzos dominantes del diseño son los producidos por las fuerzas horizontales.
Los primeros edificios en altura datan de finales del siglo XIX. Desde entonces, la construcción de los rascacielos ha sufrido una importante evolución.